DÍA INTERNACIONAL DE LA DANZA

30.04.2021

UNA VIDA DEDICADA AL MOVIMIENTO. 
Por Andrea Aguilera 

Muchos desde pequeños soñamos con calzarnos unas zapatillas de media punta, puntas, zapatos de flamenco, de carácter, tap, ballroom, tango, salsa, calzados deportivos o simplemente sin zapatos especiales, solo con nuestros pies al desnudo, esos pies que sostienen el cuerpo y ese cuerpo que se mueve expresando todo lo que las palabras no pueden. Muchos desde pequeños soñamos con tutus, mallas, calzas, faldas, vestidos, trajes y un montón de vestuarios. Vestuarios que se adaptan a cada forma, a cada movimiento, a cada sentimiento que nos toca expresar arriba de un escenario. Muchos desde pequeños fuimos con ilusión a nuestra primera clase, le vimos a nuestra primera profesora o profesor que nos enseñó las bases, la posición que nuestro cuerpo debía adoptar para lograr ese brillo que solo alcanzan unos pocos.

 Muchos fueron de grandes a su primera clase, pero eso no fue un impedimento para formar y acomodar el cuerpo, forjar el carácter y la disciplina que caracterizan a un bailarín. Bailar va más allá de una secuencia de movimientos al ritmo de una música. Bailar significa contar una historia a través del cuerpo, abrazar cada acento, cada pulso, encontrar la melodía en cada silencio. La danza verdaderamente te elige, porque muchos son los que tienen una técnica impecable en el ritmo de su preferencia, pero muy pocos son los que logran desnudar el alma en una coreografía de efímeros 3 minutos. Un bailarín se prepara toda la vida, asiste puntualmente a clases y ensayo, respeta el uniforme requerido para cada estilo de danza, el maestro se vuelve la autoridad máxima que te forma para la carrera profesional y para la vida. Y después, con el paso del tiempo, descubrimos que la vida es una Danza, una danza de alegrías, tristezas, éxitos y frustraciones. En donde solo tenemos una oportunidad para brillar ante el mismo público. La danza se apoderó de mi vida, me permite respirar... Me permite sentir... Me permite transmitir... 

Por eso me permito escribir estas líneas honrando al arte más sublime y exigente. Honrando y aplaudiendo de pie a cada ser humano que tomo la danza como medio de vida. A todos los que tuvimos que reestructurar nuestra danza para una cámara, para zoom o para google meet. A los bailarines compatriotas que muestran su danza en distintos puntos del mundo. Y por supuesto honrando a nuestra danza folklórica paraguaya, que es la que nos representa con altura ante todas las naciones. ¡Feliz día de la Danza a todos los bailarines de aquí y del mundo!