Razones para ir a ver Standrag, al borde de un ataque de nervios

El Teatro Latino recibió en sus salas el día viernes 13 de mayo a un público entusiasta por el estreno de Standrag, al borde de un ataque de nervios. La propuesta, que se erige como un "homenaje al des-amor", se presentará los siguientes fines de semana que aún quedan de mayo (viernes 20 y 27, sábados 21 y 28 y domingos 22 y 29 del corriente) en la sede del Teatro, sito Teniente Fariña casi Iturbe.
Por Víctor Balbuena
¿Existe todavía alguna duda para ir a ver Standrag? Seguro, habrá habido tantas percepciones de ella como gente fue a verla a su estreno. Los rostros afuera de la sala, sin embargo, reunían un factor común: reflejaban la satisfacción y el contento de haber sido parte de ella. Este es el momento indicado para que, por fin, amable lectorx, te hagas un favor y acudas al llamado del goce estético y visual que ofrece la obra. He aquí algunos porqués:
Envidia, Maldad y Menta: cuando el público apenas sabe que el trinomio constituido por los actores Omar Mareco, Manu Portillo y Aldo Calabrese está gestando alguna presentación, este acude ansioso a su encuentro, porque bien sabe que lo que hallará es arte en su forma más genuina, salvaje, irreverente. Genial. Estos artistas siempre encontraron la manera de conversar con el público mediante sus trabajos. Conversar, de hecho, porque Standrag es un show dinámico, vivaz y poderoso que atrapa a los asistentes desde que el telón se descubre. La gente llega a ser en la obra porque cada una de las reinas en escena la invita a sumergirse en ella, a vivirla. A leerse y re-descubrirse en ella.
Almodóvar: desde el nombre mismo de la obra, Standrag, al borde de un ataque de nervios es un (y bien logrado) guiño al trabajo del cineasta español, quien nutrió la cultura popular mediante la mixtura de lo folklórico y lo moderno. El desparpajo, el melodrama, la honestidad del sentimiento amalgamada en la comedia, colores estridentes, la música... Standrag es un collage de disciplinas, técnicas y discursos que no solo entretiene al público (y vaya que sí lo hace) de inicio a fin. También lo confronta de manera inteligente con realidades transversales a todxs: el amor y el desamor, sus maneras de asumirlos.
Por supuesto, amor y des/AMOR: sencillamente, son estas las fuerzas que siguen moviendo al mundo. Son estos, también, los dos pilares que sostienen y a partir de los cuales se concibió la obra. Quienes van a verla, no solamente ven una performática cautivante, en efecto, sino que sabrán reconocerse en las experiencias que se relatan en los monólogos que la conforman. Justamente, eso es algo que el público precisa, además del ocio, claro está: la posibilidad de abrazar la propia historia. Es urgente militar la ternura, reivindicarla. Hacerla testimonio y ¿combatir? aquella banalidad que amenaza la vivencia auténtica de los afectos.
Poesía: la puesta en escena, mucho más allá de proponerse como el acostumbrado y frenético despliegue de fantasía y purpurina propio del arte drag que fascina a todo espectador, el show sabe comunicar de un modo equilibrado su propósito de divertir con el de conmover. Desde el guion mismo, ingeniosa y delicadamente escrito, uno de los fuertes de Standrag es la interpretación de textos poéticos que transportan al público a una vivencia lírica de emociones. Varias son las ocasiones en la que más de uno se habrá sorprendido a sí mismx recitando con los artistas los versos que estos declamaban.
Podrán seguir siendo, obviamente, muchísimas más las razones por las que asistir a ver la obra. O bien, ninguna, por qué no. A veces, solo habrá que ir y dejarse sorprender. Una de ellas, no obstante -y coincidirá más de uno en esto-, es la potente intervención de Yren Rotela. El monólogo, que sostiene desde una tranquilidad y elegancia que cautivan, deja al público sin aliento. El arte paraguayo en general -el teatro paraguayo en particular- debe a Yren el ocupar más espacios como este, espacios que son suyos; en los que ejerza su autonomía, el protagonismo de su narrativa y su idoneidad artística.
¿Actividad para estos fines de semana? Consuma lo que el Paraguay produce y haga patria: vaya a ver Standrag, al borde de un ataque de nervios.
Yendo solx o acompañadx, el hallo está asegurado.
Informes, reserva y venta de entradas al (0981) 224-140.
